Una orden arquitectónica es un sistema arquitectónico que afecta el proyecto de un edificio proporcionándole características propias y asociándolo a un determinado lenguaje y a un determinado estilo histórico.
En los siguientes órdenes arquitectónicos, los cambios más significativos se pueden observar en la progresiva complejidad formal del capitel y del entablamento donde destaca la decoración de los elementos y el grosor del arquitrabe.
El orden Dórico surgió en el siglo VII a.C y está formado por un estereóbato y un estilóbato del cual se erige el fuste. El fuste es estriado de cantos vivos formado por una superposición de piezas llamadas tambores. Las pieza que separa el fuste del capitel se llama collarino. En el capitel, el cual carece de decoración, se encuentran el equino (permite la transición de una sección circular a una forma cuadrada) y el ábaco (pieza sobre la cual se apoya el arquitrabe). El entablamento está formado por un arquitrabe lis y un friso formado por metopas y triglifos, y una cornisa simple. Por último en el frontón se encuentra el tímpano, la acrótera y una gárgola.
El orden Jónicos apareció en el siglo VI a.C y, a diferencia del dórico, tiene una basa sobre la cual erige la columnata de fuste de cantos planos y de mayor esbeltez que en el dórico. El capitel tiene dos volutas en forma de espiral. En el entablamento, el arquitrabe tiene tres franjas paralelas, el friso sin divisiones y decorado, y la cornisa muy elaborada. También tiene gárgolas.
El orden arquitectónico corintio surgió en el siglo IV a.C. Al igual que en el jónico, la columnata se erige sobre una basa pero el fuste es más esbelto y el capitel decorado con hojas de acanto. El arquitrabe tiene tres platabanda y posee friso y cornisa. Este orden no tiene gárgolas a diferencia de los órdenes anteriores.
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